“El sueño en el que vivimos puede ser dulce, lleno de cantos y flores.”
-Laura Esquivel
-Después de que el agua me habló, los trozos de luz me transportaron a pedazos de tiempo; recuerdos de mi abuela, recuerdos de mi infancia. Era un recuerdo que no solo se sentía, también era un recuerdo que olía.
—¿A qué olía? — preguntó Marina.
—Un olor a hierbas, dulces pero también frescas y a lo lejos un ligero olor a copal, esa perfecta combinación de una mañana de temazcal.
—¿Temazcal? ¿Qué es eso, mamá?
—La palabra temazcal, Marina, proviene del náhuatl: temaz, “vapor”, y calli, “casa”, su significado completo es: “casa de vapor.” Y en ese lugar, yo me transportaba.
—¿Te transportabas? Mamá, qué miedo. ¡Estás loca!
—Ven, Marina, siéntate aquí y cierra los ojos.
—¡Mamá, no empieces, por favor!
—Anda ven, vamos a darle forma a las palabras en nuestro pensamiento, recuerda que la memoria viene desde dentro, sin imágenes no hay memoria. ¿Lista?
Y con tono inconforme pero dispuesta, Marina, respondió, —Lista, mamá.
—Bien, cierra los ojos. Estás en un lugar cálido y todo está oscuro. Poco a poco comienzas a escuchar el sonido de un tambor combinado con un palo de lluvia. Al ritmo de una voz cantando, el sonido de las piedras calientes y el olor a hierbas dulces y frescas, comienzas a transportarte a muchos lugares y colores, sigue tu corazón y pon atención a la canción:
“Yo soy una niña salvaje,
inocente libre y silvestre,
tengo todas las edades,
mis abuelas viven en mí.
Soy hermana de las nubes,
sólo se compartir,
sé que todo es de todos,
y que todo está vivo en mí.
Mi corazón es una estrella,
Y soy hija de la tierra,
viajo a bordo de mi espíritu,
y camino a la eternidad.
Marina agitada abrió los ojos, los colores desaparecieron y todo seguía oscuro, el olor a hierbas continuaba y la voz seguía presente. No había sido un sueño.
Al salir del temazcal, Marina se acercó a Admin, el guía del lugar y le contó lo que ahí dentro había experimentado.
—Alégrate por lo que acaba de pasar, Marina; tu espíritu viajó, estuviste con tu madre y recordaron a tu abuela, estuviste alumbrada por el sol y arropada por los cuatro rumbos, por los cuatro elementos, ellos te hablaron y te contaron sus secretos —le contestó Admin alegre y despreocupado.
Marina estaba confundida, no entendía lo que pasaba y sin decir una sola palabra, Admin la tomó del hombro y le dijo —Cada vez que te sientas confundida, acuérdate de lo que te dijo el fuego, contémplalo y entrégale tu mente, Marina.
Marina guardó en lo más profundo de su ser este momento. El fuego, el agua, la tierra y el viento, los cuatro elementos habitando su cuerpo, todos unidos en un mismo espacio-tiempo.